Qué hacer cuando nadie nos busca

01 Schwabing Wintersonne scaled

Sol de invierno. Vassily Kandinsky, 1901

Durante los primeros cinco meses de 2025, la versión digital de Jot Down ha perdido un 35,8 % de sus lectores. Las sesiones han bajado un 40,5 %, las páginas vistas un 15,9 %. Google nos ha traído un 31,8 % menos de visitas que el año pasado. Twitter, un 56 % menos. Facebook, un 35 %. No son errores de medición ni una caída puntual. Es el principio de una era sin clics. No es algo que nos ocurra solo a nosotros: es un fenómeno global que afecta a todos los medios que dependen del acceso abierto, de los motores de búsqueda y del tráfico social para ser leídos. La web, tal como la conocíamos, está dejando de existir. La inteligencia artificial no es el futuro, es lo que ya está delante de nuestros textos. Google responde ahora con sus AI Overviews, que resumen nuestras palabras sin necesidad de visitarnos. ChatGPT, Perplexity, Claude y otros modelos generativos devuelven respuestas completas, muchas veces sin enlaces, sin fuente visible, sin mención. Cada vez más personas formulan preguntas y obtienen respuestas sin pasar por nuestras páginas. Como si estuviéramos de más.

El 75 % de las búsquedas no terminan en clic. El modelo estático de la web ha sido absorbido por una capa conversacional que funciona como un filtro omnisciente. No busca remitentes, solo contenidos. No reconoce el esfuerzo, solo patrones. Y si bien se nutre de lo que escribimos, no nos devuelve casi nada. Un modelo ha dicho que la relación entre lo que toma de los medios y lo que les devuelve es de 250 a 1. Nosotros, que apostamos por la lectura larga, por la entrevista como forma de conocimiento, por el ensayo sin fecha de caducidad, nos hemos convertido en una fuente de entrenamiento para sistemas que no necesitan agradecernos nuestra contribución al conocimiento y la divulgación. Y sin embargo, seguimos. Porque no tenemos otra forma de estar en el mundo. Hemos hecho lo que se suponía que debíamos hacer: diversificar canales, reforzar el SEO, abrir boletines, lanzar verticales, subir a redes, crear comunidad, traducir contenido, innovar y hablar de todo sin complejos. El resultado: apenas unas décimas de recuperación. Y una caída sostenida. Las viejas soluciones ya no sirven. El problema es de otro orden.

En los próximos meses, el panorama no va a mejorar. El tráfico de buscadores seguirá cayendo. Las redes sociales dejarán de ser un canal fiable. Los ingresos por publicidad seguirán bajando. El modelo de gratuidad masiva está muriendo. Y los medios que no se conviertan en marcas con sentido, en refugios de pensamiento, desaparecerán. Pero hay otra lectura posible. Si el algoritmo ha dejado de prestarnos atención, tal vez nuestra estrategia de escribir para las personas y no para Google Discover, acabe siendo fundamental. Si ya no hay que competir por visibilidad, tal vez podamos competir por relevancia. Si ya no tenemos que producir sin parar, tal vez podamos permitirnos callar más a menudo. Nos queda la voz. Nos queda la decisión de seguir escribiendo incluso cuando nadie nos busca. Nos queda insistir en que el mundo sigue siendo complejo y que el sentido no cabe en una sinopsis. Nos queda hacer menos, pero hacerlo con más verdad. Nos queda formar parte del ruido para decir algo que el ruido no pueda replicar. Por eso estamos donde estamos. En una tierra de nadie. No somos IA, ni somos plataforma. No somos virales, ni somos bots. Somos lo que queda entre los algoritmos y los seres humanos. Esa debilidad es también la razón por la que importamos.

Y por eso también hemos querido dar un paso más. Jot Down se ha aliado con Menéame. No para buscar tráfico, sino para construir una comunidad contralgorítmica donde los lectores sigan siendo el centro neurálgico, sin recopilar sus huellas digitales, sin neurohackearlos. Donde puedan decidir con su voto qué merece ser visible. Donde la edición no sea un algoritmo, sino una conversación. Queremos defender un espacio informativo donde el juicio humano tenga peso, donde el valor de la cultura y el pensamiento no se mida en visitas, sino en conversación. La alianza con Menéame es una declaración de intenciones. Queremos que quienes nos leen no sean un público pasivo, sino un consejo editorial abierto. Que puedan participar en las decisiones, en las mejoras, en las estrategias. No pedimos solo lectores: necesitamos complicidad. Porque el tiempo que viene es el de la reconstrucción. Y no se reconstruye desde el aislamiento.

La industria se hunde, pero la cultura no. La tecnología avanza, pero no piensa. Y los medios, si quieren seguir siendo algo más que envoltorios de datos, tendrán que recuperar su función esencial: contar lo que pasa con una voz reconocible, con un criterio propio, con una mirada que no pueda ser automatizada. Lo que necesitamos ahora no son estrategias de captación, sino compromisos de sentido. Si estás leyendo esto, no eres un dato, ni una métrica, ni una conversión. Eres parte de una conversación más lenta, más frágil, pero también más real. Y si quieres que Jot Down siga existiendo, no basta con simpatizar. Hay que actuar.

¿Cómo? Compartiendo. Apoyando. Corrigiendo. Enviando ideas. Formando parte. Suscribiéndote si puedes. Pero, sobre todo, defendiendo con hechos que los medios no son un lujo, sino un recurso vital. Que la opinión formada necesita lugares donde desarrollarse. Que el tiempo detenido es un derecho que debemos preservar. Hay muchas cosas que no podemos cambiar. No podemos frenar la IA. No podemos volver a 2012. No podemos competir con plataformas y grandes medios que nos copian sin citarnos. Pero sí podemos elegir para quién escribimos. Y escribir para quien busca algo más que respuestas. Algo que no sea replicable.

Este editorial no es una queja. Es una afirmación de existencia. Aquí seguimos. Porque alguien tiene que hacerlo. Porque todavía hay algo que decir. Porque el silencio, ahora, sería una forma de complicidad. No vamos a pedir permiso. Ni a cambiar de forma para encajar en moldes que no hemos elegido. Lo que vamos a hacer es seguir. Con la misma vocación, pero con más urgencia. Con la misma pasión, pero con más claridad.

No estamos solos. Estamos con quienes no quieren que todo sea predicción. Con quienes están cansados de las respuestas correctas. Con quienes aún tienen preguntas. Gracias por seguir ahí. No porque nos hayas encontrado, sino porque sigues buscando.